domingo, 3 de marzo de 2013

Sin querer, se enamoró.



Y él que solo quería acostarse con ella, acabo por verla dormir. Terminó por secar sus lágrimas, escuchar sus problemas y lléndola a recoger después de las clases. Él, que solo quería tocar su cuerpo, acabo por llevarla de la mano por la calle. Él, que solo quería un lío de una noche, se convirtió en adicto de sus besos, de su pelo, de ella. Pasó de querer comérsela a querer comerse el mundo con ella.

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