jueves, 5 de septiembre de 2013

Reemplazar.

Cambiar una cosa, por otra. O mejor dicho a día de hoy: cambiar a una persona, por otra. Creo que no soy la única que se ha preguntado alguna vez, ¿por qué los tíos prefieren a una fácil antes que una que valga la pena? Bien. Podríamos pensar que son idiotas, que piensan con la entrepierna, que no nos valoran... Y así hasta que lleguemos a las diez mil posibilidades y todavía sean pocas. Todas esas son ciertas. La mayoría de los hombres que todavía no saben lo que es querer de verdad a una mujer, encuentran ese "amor" en el sexo o simplemente: en el gusto que les produce utilizarnos y luego ver cómo en ocasiones, seguimos comiendo de sus manos. Y ahora, lo remotamente posible: no quieren hacerse daño. Tal vez prefieran parecer unos mujeriegos y alejarnos de ellos, simplemente porque tienen miedo. Miedo a enamorarse, a sentirse vulnerables frente a la idea de que pueden perder a esa mujer a la que quieren. ¿Pero qué es el amor sino? Un constante miedo disfrazado de cariño, caricias, besos y sentimientos. Un miedo que en los peores momentos, se agranda y se sube a nuestras espaldas. Espero que ese tipo de hombres esté leyendo esto ahora, porque hay algo que quiero dejar muy claro. El miedo es mutuo. Por eso existen mujeres hechas a la imagen y semejanza de esa actitud que no valora, que no aprecia. Los hombres llaman "golfas" a las mujeres, cuando ellos son quienes las han hecho así. Cuando le rompes el corazón a una mujer, puede pensar mil cosas o bien, puede reemplazar y pensar como un hombre: "Es más fácil abrir las piernas, que el corazón."

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